Los 120 días de Sodoma es una novela del Marqués de Sade, por tanto, está condicionada de origen a una cosa: será controversial y no apta para aquellas personas de mentes sensibles. Sin embargo eso no significa que no exista en ella un gran valor artístico y literario, que resulta plausible para el autor, sobre todo tomando en cuenta la época y el entorno tan censurado en que se desarrolla, en Francia, por ahí de 1785.

El libro se desarrolla a partir de narraciones grotescas, a veces, incluso inconcebibles para la raza humana, de acuerdo a sus valores preestablecidos, las buenas costumbres y las virtudes de las socidades conservadoras. Expone como los seres humanos pueden corromperse gracias al dinero, el poder y los excesos cada vez más perturbadores, para buscar saciar sus necesidades sexuales, de las maneras más brutales y perversas.

Hace en especial, críticas al periodo de La Ilustración, pues fue escrito mientras Sade se encontraba preso, en la bastilla, durante lo que serían sus últimos días, muestra el grado de deshumanización de las clases altas de poder y clasifica además, a las pasiones y parafilias sexuales.